23 feb 2011

Día Trece: Ariadna Campos Krugman, Tonta-bella y escueta como solo ella.



Emerge de los vapores del baño húmedo, gusta de ellos para morbosear y de vez en cuando si su mirada no te vuelve mierda, decide estar contigo, esa es Ariadna Campos Krugman… de mi hermana puedo decir que es tan tonta como para creerse la única mujer en el pueblo en donde se crió, bueno ella es del llano, toda una “potra zaina”, con una fuerza interna que no logra ocultar su poca expresión.


Son uña y mugre con Alexa, para arriba y para abajo suelen ir las dos, acompañandose mutuamente y soportandose una a otra. Soportandose, porque solo ellas se saben llevar en sus miles de defectos. Sorpotandose, porque la una es la columna de la otra, cuando Ariadna esta enferma, la primera en estar ahí es Alexa, cuando Alexa estalla, la primera a la que acudirá sera a Ariadna.


Soportandose porque la expresividad que no tiene Ariadna la tiene Alexa, y porque la fortaleza que no tiene Alexa la tiene Ariadna. Al único lugar que Alexa no acompaña a Ariadna es a los saunas. Allí va con mi madrecita quien la ha instruido en las artes amatorias de esos sitios y bueno, ya después, mi hermanita ha cogido vuelo y se ha hecho el recorrido nacional de esos espacios.


¿Pero como nace mi hermana? Pues así le moleste, su papá es negro y camionero, por eso es la macha de la familia. Corrían aun los años mosos e inocentes de mi madre, ella se había ido a vivir al llano, buscando escapar de mi padre; una mañana decide no ir al colegio y se va a mirar tiendas al centro comercial, recorre para arriba y para abajo el lugar atrayendo la mirada de algunos camioneros que solían dejar las mercancías del lugar.


Uno de ellos atrae su mirada por no quitarle los ojos ni un segundo, este hombre de piel negra como carbón, no dudara en invitar un helado a Devorath en la heladería del pueblo, Venecia, así se llamaba el pueblo. Pero de camino a la heladería, mi madre montara no solo en el camión sino al camionero. En una cabina será engendrada Ariadna, tras las cortinas que separaban un dormitorio improvisado de la cabina donde el volante se hallaba.


Y salvo las ocasiones en que algún pie tocaba sin querer la corneta del camión, nada mas interrumpió tal momento. Después, tomaron el dichoso helado para apasiguar los cuerpos, luego cada uno, aquel camionero y ella (menos pura cada vez), tomaron su camino para nunca volverse a ver. Allí estuvo y mantuvo a mi hermana un tiempo, luego se mudaron de nuevo para Bogotá.


Y ya me canse de escribir, además estoy agotada porque me toco hoy conocer a las bisabuelas, noooo, son unas viejas resanderas que lo único chevere es que viven en un tremendo lugar de la ciudad, pero con tanta religión en la cabeza quede mas que constreñida y no vuelvo por allá.


Además me toco acompañar a mi novio al avión, Naikeisito, se va a recorrer el mundo y ya nunca mas nos volveremos a ver, él sigue su camino, quizás yo me enamore de nuevo, pero por ahora me quedo con un amante DJ, o mejor, uno economista, o quizás encuentre otros y hasta otras ¡que se yo! Solo se que hoy también voló el amor de nuevo de mi vida y esta vez para siempre. Prometo después contarles mas.


Melissa Campos Coghen

SOLO PARA USTEDES MIS AMANTES…



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