26 mar 2013

DÍA VEINTISEIS: EL CULTO A LAS GRACIAS




La noche tiene tantos secretos que cuando duermes la vida aprovecha para revelarte lo profundo y mundano, he aquí otro de mis sueños, aconteció después de charlar con mi hermana Lila que queda siempre de pasar pero no pasa, esta vez de seguro la detuvo su orgiástico encuentro, pues andaba en un trió por Chapinero, eso me dijo.

Quizás por eso mi sueño comienza con ella en unos campos de arroz, donde jugando con unos agricultores de musculoso aspecto (definitivamente era un sueño, con el mal gusto que se manda ella), serios, varoniles y muy atractivos, comienza a revolcarse en el pasto en eróticas caídas, besos, caricias y abrazos, donde las ropas húmedas y embarradas se ciñen a los cuerpos esbeltos de estos manes y se desprenden para liberar bellas figuras en una danza erótica de tres hombres y la perra de mi hermana.

De pronto, un estrondoso ruido me hace voltear, detrás al fondo del campo pero no tan lejos de mí, por un camino pasa un carruaje rosa con sus caballos desbocados y dentro escucho gritos que provienen de una voz conocida, es mi hermana Susy ¿Quién la salva? Volteo hacia Lila y su trío,  para pedirle ayuda a ella y sus fuertes amantes y que sorpresa, ahora son todos de piedra y ella se trasforma en un ave y vuela.

Voltee mi cabeza y corrí hacia el camino, entonces fue cuando lo vi, otro apuesto hombre, creo, iba en armadura, una armadura negra y un corcel negro, era un caballero y corría presuroso detrás del carruaje… no sé si también me convertí en ave, pero pronto resulte volando al lado del carruaje desbocado y entonces apareció él, mi hermana que gritaba apenas lo vio, lo vio con ojos de amor, eso se notó, de una patada tumbo la puerta del carruaje y salto a los brazos de su amado y corrieron por un camino muy estrecho rumbo al horizonte bañado por el sol de la tarde, en un rojo y naranja inexplicable.

Al fondo un espectacular castillo, pero al entrar era más un templo a donde cientos de personas ofrendaban alimentos, hombres y otros animales, fue ahí cuando descubrí que Susy era la sacerdotisa de ese templo, con el hombre se dirigieron a la sala principal donde siete tronos tenían en frente un altar, en uno de ellos Ariadna, tocaba una lira, del otro se paró Alexa, ella era una de las diosas veneradas por  todas las personas presentes…

El castillo era de oro y plata en cada muro, el cristal brillaba como las mismas estrellas y en los reflejos de cada espejo me podía ver, era un laberinto que por un instante me dejo ver en uno de esos espejos a mi madre Devorath. La luz y el aire sin embargo recorrían todo el espacio, vitrales conformaban el techo y dentro crecían enormes arboles de bellas formas y colores, las frutas caían a nuestro paso y lagos recorrían el interior cruzados por puentes que parecían de luz y rococó.

Y ahí vino lo terrible, el caballero se empezó a desnudar y no es que tuviera mal cuerpo, estaba divino pero se acerca al altar y se acostó en ese lugar desnudo, mi hermana Alexa toma una daga de cristal y bronce, incrustada de diamantes y rubís, bella esa daga, se la da a mi hermana Susy y ella se dirige hacia su amado…

Su rostro se llena de lágrimas y él también, mas cierra los ojos y se dispone a ser cruzado en el corazón por esa daga, entonces veo llegar a mi hermana Lila que se posa sobre un trono y retoma su forma, me mira y yo creo que como fantasmal halo, me acerco y tomo sus manos que están arriba aun, retiro la daga y ella besa a este hombre para luego tener sexo en público, porque fue delante de todas esas personas, pero todas esas personas terminaron en la más grande orgía después del Perfume.

Y cuando todo termino, Susy lo miro a los ojos y se desvaneció como si una brillante escarcha fuera al firmamento, después me di cuenta que ella estaba al lado mío también como un espectro y me dijo: “lo que nos hace el amor a las siete gracias”

De pronto, de atrás del trono salió fuego de una fuente y emergió una de nosotras, y yo le dije a Susy: “o que nos hace el desamor ¿no?” Y no pude ver quien emergió del fuego bien o no me acuerdo… pero ahí termino el sueño. Por eso no escribo más...


Melissa Campos Coghen
SOLO PARA  USTEDES MIS  AMANTES

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