Hoy estoy muy enfadada con mi hermana, el asunto es que me quejare con mi Madre porque ella está ejerciendo una competencia desleal y mal enfocada, en la red tú debes lograr que deseen para que creyendo tener sus fantasías inviertan mucho tiempo en ti, tiempo que representa dinero; pero estas chicas que lo cambian solo para economizar horas en la calle son un problema, es decir ellas lo muestran todo y luego lo dan en físico, son la peor competencia para quienes vivimos de hacer desear. Y ahora mi hermana se ha unido a estas, poniendo sus fotos pornográficas en el chat y claro exhibiendo un tatuaje con un dibujo horrible. ¡No me lo creo!
Aunque es cierto que debía relajarme sobre este tema, por suerte, esta competencia desleal no duro mucho, en su búsqueda de sexo, la muy tonta ha caído presa del amor; es que en el fondo y pese a que no lo reconocemos, somos unas tontas para amar y nuestro corazón tiende a ponernos trampas. Así comenzó la historia de Lila, así fue concebida, con la inocencia del amor. Amor ocasional.
Aunque ella afirma: “hay mamita, como dijo mi madrecita la vez que me concibió era tal la orgia que me dijo que de milagro no ladro”, lo que no sabe es como mi madre ahí llego, que extraño amor toco a las puertas de Devorath, por ese entonces era temporada de lluvias y mi madre no trabajaba ya en la plaza, sino unas calles alrededor del club de “las Harpías”, en la calle donde las lesbianas solían ir a montar patineta de día.
Pero el padre de Lila no es una lesbiana, es una travesti, por ese entonces una famosa contorsionista de circo, circo invitado para el gran espectáculo que cerraría el filo del día en una noche de “loca pasión del club de las Harpías”, mi madre llego huyendo de uno de sus descaches sentimentales. Bajo la noche lluviosa un hombre embriagado se tira al suelo, hace berrinches, no sube al taxi y finalmente reta a la policía para que lo suban a la furgoneta, detrás de él una dama consternada por el rostro que acaba de descubrir en este pueblerino, da la espalda y corre bajo la lluvia a su lugar de trabajo.
El agua se evapora al tocar su piel, su sistema circulatorio parece llevar lava y no sangre, una llamada al café de su amigo no es respondida, un mensaje posterior al teléfono móvil le indica que no está en su café “El Piscolabis”, sino que se ha ido de juerga al club, ya imaginaran cual. Al filo de la medianoche y con ayuda de Alma, perseguida por aquel mal levante, Devorath se esconde en el club de “las Harpias” y se dedica a buscar por los laberinticos salones a su amigo.
Pasaron varias horas y la búsqueda emprendida no dio resultado, pero un corazón destrozado busco amparo en los cuartos secretos de este lugar, en el cuarto de velos donde estos cuelgan hasta la cintura de sus asistentes desde el techo, descubriendo solo las piernas bien formadas, los penes, vaginas y culos de aquellos o aquellas, que se atreven a entrar. Devorath reposo sobre uno de estos velos, como si pudieran esconderla del amor que debía abandonar, entonces vio como unas piernas muy bien formadas caminaron a su alrededor, en medio de ellas un pene grande, cosa que le encanta a mi madre.
Tomada con fuerza, por eso quizás pensó que era un hombre, comenzó la faena y el encuentro desenfrenado de estas dos, como ya les dije Lila vino al mundo entre velos árabes, en un encuentro casi lésbico si no fuera por la presencia de esta chica con ese falo. La otra madre de Lila, pues no conozco un término de género intermedio, era una chica que se abrió camino saliendo de la localidad de Santafe a uno de los circos más famosos del mundo, fama de talentosa y de fiera tenia, pero era bastante inhibida de carácter y como muchas chicas “trans”, analfabeta.
¿Cómo mi madre lo descubrió? En plena faena al club entro la policía, las luces se prendieron los velos velaron, una larga cabellera y unas uñas postizas un grito revelo; mi madre ha quedado fría y preñada pero de eso se entero unos meses después. Y así a grandes rasgos llego Lila al mundo. No fue la única relación lésbica que tendría mi madre, pero eso se los contare después porque ahora me canse de escribir y tengo que acompañar a mi novio al médico, si, hace unos meses que el amante ecologista llego a mi vida, consoló mi alma y me conquisto... creooo. Son tantos los hombres en este mundo ¿cómo solo estar con uno?
Melissa Campos Coghen
SOLO PARA USTEDES MIS AMANTES…
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